domingo, 25 de enero de 2009

Una correcta política comunicativa

Se acostumbra afirmar que lo positivo nunca es noticia, en cambio sí lo es lo negativo. Parecería por momentos que el gobierno lo ha asumido como una verdad revelada y le ha costado entender que "no alcanza con ser bueno, hay que demostrarlo".

La impresión que causa en periodistas extranjeros que acostumbran venir en los veranos a nuestro país y los informes de nuestros corresponsales en Maldonado y Rocha, coinciden en señalar los elogios naturales que surgen de argentinos y brasileros que, lo sabemos bien, no forman parte de la clase trabajadora, destacan y alaban los cambios que notan en el país año a año. El propio Mariano Grondona, con quien consideramos que estamos en las antípodas, en cuanto a la filosofía de encarar la vida, sostuvo para un canal televisivo uruguayo esa visión optimista sobre el país: un país serio y que está creando una fuerte base para dar un salto importante en los próximos años, fueron, palabras más, palabras menos, sus conceptos.

Sin embargo, si escuchamos a los dirigentes criollos de la industria, del sector rural, médicos, profesionales y algunos más, el país vive en el colapso, en la inseguridad jurídica y podríamos continuar añadiendo epítetos. Es más , anímese amigo lector y compre dos o tres diarios, o , simplemente "fúmese" los informativos larga duración de los canales privados y va a concluir que estamos viviendo la peor de las épocas del Uruguay. Sin embargo, los números fríos, despolitizados, desideologizados, hablan de otra realidad.

El interés real que aún hoy despierta nuestro país para los capitales ociosos que no saben adónde dirigirse en medio de la crisis, no puede desconocerse. La inversión inmobiliaria en el Este, e incluso en Montevideo es fácil de percibir, la llegada de inversores para el sector servicios, tampoco. Los anuncios recientes de facilitar el acceso a Internet, televisión cable y telefonía móvil para toda la población, cayó en un pozo de silencio similar al del Plan Ceibal cuando se le anunció al país su instrumentación.

Con todos estos antecedentes, sabiendo de todo el viento en contra que ha soplado y el que va a soplar, que además nos cayó de regalo una multimillonaria estafa financiera en Wall Street que conmovió el sistema y una sequía muy importante, se podría decir que desde el Frente Amplio y también desde el gobierno, se ha puesto bastante poco empeño en dar a conocer, sistemáticamente, los logros obtenidos. ¿Acaso alguien piensa que el aumento de las ventas del comercio en diciembre, superior al 20% con respecto al año pasado, fue por casualidad?, ¿no habrá sido porque se dejó de anunciar que "cuando se agrande la torta la vamos a poder repartir" y se comenzó realmente con el reparto con el consiguiente mejoramiento en las posibilidades de consumo de toda la población?

Naturalmente que la crisis ya ha comenzado a llegar pero, ¿se va a permitir a la oposición que se le saque rédito político en la campaña electoral? Todos sabemos que habrá un enlentecimiento en la economía pero se tendría que salir a explicarlo bien, objetivamente, sin dejar huecos que puedan ser aprovechados por oportunistas que nunca faltan. La comunicación que pueda llevar adelante el partido de gobierno debe ser encarada como una prioridad absoluta, no entenderlo así, sería negar que estamos inmersos en un mundo mediático que además, mayoritariamente está en manos de intereses ajenos a los del hombre de a pie. En pocas palabras, con comunicar todo lo que se ha hecho, de manera que se informe toda la población, alcanza para que se pueda sacar la única conclusión posible sobre este período de gobierno.

jueves, 15 de enero de 2009

Las "informacones" de algunos medios...

Neumáticos: Uruguay afectado por medida de Brasil

El gobierno de Lula decidió reducir en un 50% la cuota de importación de neumáticos recauchutados de Uruguay y Paraguay.

Por esa razón, la cuota anual bajará de 168.000 a 82.000 unidades. La medida, que entró en vigor el miércoles, se extenderá hasta fines de abril, pero puede prorrogarse automáticamente.

Ante esta situación, la empresa uruguaya Serisur analiza el cierre definitivo de su planta de neumáticos recauchutados, dado que actualmente tiene a sus 45 trabajadores en el seguro de paro.

Según El País, la medida de Brasil tomó por sorpresa a la Cancillería uruguaya, la que viene estudiando las acciones a adoptar.

Ventas a Venezuela

Se reactiva el trabajo en Funsa

Vamos retomando la actividades” de a poco, luego del simbronazo que nos dio Brasil en octubre del año pasado ahora volvemos a reactivarnos”, expresó a LA REPUBLICA el asesor de Funsa, Luis Romero.

Hoy la fábrica se encuentra trabajando activamente con 145 trabajadores, el 50% de la plantilla total, el resto se encuentra en el seguro de desempleo y “estimamos que si los proyectos que tenemos se terminan de concretar en marzo estarían trabajando todos”, asegura Romero.

Hasta octubre de 2008 Funsa tenía 280 empleados. La vuelta del personal tiene que ver con los nuevos mercados que comienzan a abrirse y la llegada nuevamente de los clientes brasileños que, de a poco, vuelven a Uruguay.

“Nosotros sentimos los efectos de la crisis internacional enseguida”, cuenta Romero, “Brasil cerró sus mercados abruptamente a ellos le vendíamos la mayor producción de neumáticos su mercado significaba el setenta por ciento de nuestras ventas”.

Con la reactivación del mercado regional, la fábrica vuelve al ruedo. Ha creado dos nuevas marcas para Argentina FNU y FNA.

Pero Funsa se encuentra a la espera de concretar un importante acuerdo con los mercados venezolanos para exportar 200 toneladas mensuales de neumáticos para transporte público, la cifra es el equivalente a lo que el país brasileño le compraba a Funsa hasta el mes de octubre.

Por último, el mercado interno también juega un rol importante y ya tienen un pedido inicial de ochenta toneladas.

Funsa le vendía a Brasil el 70% de su producción la que se componía de todo tipo de neumáticos para máquinas agrícolas, autos, camionetas, ómnibus; el 30% restante era un mercado compartido entre Uruguay y Paraguay.

Argentina compra a Funsa neumáticos agrícolas y Venezuela lo haría en el rubro neumáticos para transporte colectivo y camiones.

LA EMPRESA SERISUR RECURRIO AL TRIBUNAL ARBITRAL DEL MERCOSUR

Argentina desconoce laudo de Tribunal de Olivos y prohíbe entrada de neumáticos uruguayos

La empresa uruguaya Serisur, que reconstruye neumáticos tanto para el mercado nacional como para la exportación, recurrió ante el Tribunal del Mercosur, ya que Argentina le prohibió el ingreso de la mercadería. A pesar de contar con un fallo favorable del máximo órgano el país vecino insiste en prohibir la entrada, incumpliendo la decisión y torpedeando la institucionalidad del bloque integrador.
Serisur es una planta modelo con tecnología de primera, generando productos con certificación nacional e internacional.

Cuando está por darse a conocer el fallo del Tribunal de La Haya y surgen densos nubarrones de dudas sobre el cumplimiento que pueda realizar Argentina de un fallo adverso a sus intereses, los antecedentes inmediatos de ese país no son nada estimulantes.

No es necesario remontarse para ello al tan publicitado problema con las bicicletas uruguayas, en que el desconocimiento sistemático del fallo llevó a que la empresa desistiera de hacer negocios con el país vecino.

Para Serisur, una empresa uruguaya con 10 años de vida y que da trabajo directo a 45 trabajadores (y otros tantos indirectos) se vuelve a plantear la realidad de encontrarse con el incumplimiento argentino de un fallo del Tribunal de Olivos, el máximo organismo de este tipo con que cuenta el Mercosur.

Serisur, que cuenta con tecnología de punta de las principales fábricas de equipamiento italianas, ofrece un plus como lo es la certificación de Inmetro (es la primera reconstructora en el mundo que lo obtiene, fuera de Brasil), pero también tiene certificación de Latu Sistemas y de la ABNT, Asociación Brasilera de Normas Técnicas, para todas las categorías de neumáticos.

Con todos estos antecedentes la empresa se presentó ante el Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur a fin de levantar la prohibición argentina a la entrada de los neumáticos uruguayos.

En diciembre de 2005 el Tribunal laudó, determinando que la ley argentina que prohíbe el ingreso de los neumáticos uruguayos “es incompatible con la normativa Mercosur”, decretando que “en consecuencia Argentina deberá derogarla o modificarla dentro del plazo de 120 días corridos”.

Asimismo, el Tribunal definió que no se trata de neumáticos usados, como se quiso argumentar por parte de Argentina sino de “neumáticos remoldeados”, ni tampoco existen problemas “ambientales”, como argumentara el vecinos país y las multinacionales de los neumáticos que ven con preocupación que una industria uruguaya les dispute una pequeñísima porción del mercado regional (Serisur exporta a Brasil, lo ha hecho a México, está negociando con EEUU y espera la apertura de Argentina).

Pasaron los 120 días dispuestos por el Tribunal, en ese plazo Argentina interpuso una nota pretendiendo mayor plazo, y se le negó con el argumento de que “”para modificar o derogar una ley de un solo artículo no se necesita disponer de más de los 120 días decretados por este Tribunal”.

Aun así, se han cumplido todos los plazos y el vecino país continúa sin avenirse al cumplimiento de lo dispuesto.

Serisur produce unos 60.000 neumáticos mensuales, trabajando sobre carcasas queEuropa, Japón y EEUU y con caucho brasilero. *

sábado, 10 de enero de 2009

LOS 77 DÍAS DE BUSH: 12 razones (estratégicas) que acabarían con Obama antes de asumir

Manuel Freytas (IAR Noticias)

Sin alteración en la agenda electoral, se cumplió la profecía de campaña: Con guerra ganaba McCain, con crisis financiera ganó Obama.
Ahora puede cumplirse otra profecía: Bush y los halcones tienen 77 días para construirle a Obama un “campo minado” que estalle antes de que asuma y lo conviertan en un presidente debilitado y sin autoridad (un virtual derrocamiento antes de asumir).
Hay un tablero con 12 frentes de conflictos estratégicos cuyo botón de activación está en manos de Bush y de los halcones de la Casa Blanca.
En esa agenda, el triunfo electoral de Obama es apenas una anécdota.
Las encuestas marcaron el ritmo del resultado: Más del 70% de los estadounidenses consideran la “seguridad nacional” de EEUU y la “guerra contraterrorista” como cuestiones prioritarias ante cualquier otro tema, y más de un 66% consideraban a McCain como el “más apto” para comandar un conflicto militar. En las antípodas, más de un 70% se inclinaba por Obama a la hora de resolver la crisis financiera.

El resultado era cantado: Con guerra y terrorismo ganaba McCain, con crisis financiera y sin conflicto militar-terrorista ganaba Obama (como finalmente sucedió).
Los primeros que lo sabían eran los halcones republicanos que dejaron -para sorpresa de los expertos- que Barack Obama se convirtiera en Presidente de EEUU sin activar ninguno de los conflictos militares latentes existentes en Asia, Medio Oriente y Europa del Este.
Tampoco, en ningún momento -y también para sorpresa de los especialistas- aparecieron las clásicas “amenazas terroristas” (en videos) de Bin Laden que se hicieron presentes cíclicamente cada vez que la administración Bush necesitó “legitimarse” local e internacionalmente (ya sea para una elección interna, para levantar imagen o para justificar una invasión militar).
Durante ocho años de gestión, Bin Laden y Al Qaeda se convirtieron casi en una “herramienta de Estado” para Bush y los halcones neocons que convirtieron al “terrorismo” ( y a la “guerra contraterrorista”) en su principal estrategia de supervivencia en el poder.

Hay suficientes pruebas históricas en la materia: El 11-S sirvió de justificación para las invasiones de Irak y Afganistán, el 11-M en España preparó la campaña de reelección de Bush y fue la principal excusa para que EEUU impusiera en la ONU la tesis de “democratización” de Irak legitimando la ocupación militar, el 7-J en Londres y las sucesivas oleadas de “amenazas” y “alertas rojas” le sirvieron a Washington para instaurar el “terrorismo” como primera hipótesis de conflicto mundial, e imponer a Europa los “planes contraterroristas” hoy institucionalizados a escala global.

En la reelección presidencial del 2004, cuanto Kerry punteaba por una pequeña diferencia las encuestas, a pocas horas de los comicios, Bin Laden se hizo presente amenazando con hacer estallar la zona financiera de Nueva York y con una oleada de atentados en Europa. Bush fue reelecto.

¿Porqué Bin Laden y Al Qaeda no se hicieron presentes esta vez para rescatar a McCain y asegurar la continuidad de la Casa Blanca en manos de los republicanos?.

Hay tres razones principales: La debilidad de Bush (termina su ciclo con el más alto grado de desprestigio que haya cosechado un presidente norteamericano en toda la historia), la crisis financiera (un conflicto militar, un atentado o una escalada de amenazas podrían hacer estallar los mercados mundiales y sumir a EEUU en un caos), la pérdida de influencia de EEUU como potencia capitalista regente que se acentuaría con cualquier acción militar en campaña electoral (cuando Putin advirtió sobre el “uso electoral” del conflicto del Caucaso, la UE se abrió de las posiciones de EEUU y negoció con Rusia).

En el preciso instante que Barack Hussein Obama fue consagrado presidente electo de EEUU, se abrió un nuevo escenario para Bush y los halcones de la Casa Blanca: Desde ahora, todo lo que suceda comenzará a formar parte del legado que recibirá el “presidente negro”.

Desde ahora, Obama dejó de ser el “candidato” para convertirse en el meridiano de todos los acontecimientos (internos y externos) que tengan como protagonista al Imperio USA.
Aunque “técnicamente” gobierne Bush, los ojos del mundo estarán fijos en Obama.
Todo lo que suceda de aquí hasta que asuma en enero será incorporado a su mochila presidencial en carácter de “carga” heredada.

Y hay un detalle clave: Faltan 77 días para que Obama asuma el cargo de presidente en ejercicio de EEUU. Casi un cuarto de año (el actual colapso estalló y se configuró en un mes) con crisis financiera, con proceso recesivo y despidos masivos que empiezan extenderse de USA-Europa a todo el planeta.
Y ya no será Bush sino Obama el que tendrá que dar -de ahora en más- las respuestas.

Y hay otro detalle clave: En los hechos, y durante los 77 días que faltan para que asuma Obama, serán Bush y los halcones los que tomen las decisiones estratégicas en la conducción del Estado Imperial norteamericano. Obama estará en el centro de todas las cuestiones estratégicas, pero el que gobernará será Bush.

Para los expertos: Los 77 días que le faltan a Obama para asumir en el cargo de Presidente, serán los 77 días que tienen Bush y los halcones para conspirar.
Con una diferencia práctica: Bush ya no está en el centro de la tormenta, el que está en el eje del huracán es Obama. El 4 de noviembre marcó el inicio de otra película, con Obama protagonizando y Bush decidiendo.

El Stalingrado de Obama

No fueron pocos los analistas que durante la campaña esgrimieron la teoría de un “golpe de Estado” conservador en caso de que Obama ganara la presidencia.
Es una hipótesis insuficiente, dado que una acción semejante (en medio de la crisis económica-fianaciera) terminaría de derrumbar la cada vez más deteriorada imagen de EEUU en el escenario mundial.

Desde la semana pasada, y mientras Obama pulverizaba a McCain en las encuestas, surgió en los corrillos políticos, diplomáticos y periodísticos de EEUU la teoría del “campo minado” contra Obama.
Según esa hipótesis, Bush y los halcones, durante los 79 días que faltan para la asunción de la nueva administración, sembrarían de conflictos el camino de Obama, haciendo que el nuevo presidente asuma desgastado y abrumado por una escalada de conflictos (hoy latentes) que se sumarían a la crisis económico-financiera.

Ya no se habla de un “golpe de Estado”, sino de una “Operación Stalingrado”: Centrar toda la expectativa internacional en Obama, dejarlo entrar, y desde ahí rodearlo con los conflictos activados obligándolo a que asuma en medio de una crisis con distintos epicentros. Algo así como terminar con Obama antes de que asuma.

Durante los 79 días que faltan para la nueva asunción presidencial hay un tablero y un escenario que pueden jugar Bush y los halcones republicanos para desgastar a Obama y obligarlo a que asuma en medio de una crisis multiplicada.

Los 77 días de Bush

Los frentes de conflictos abiertos que pueden estallar o ser detonados por la Administración Bush antes de terminar su mandato y de que asuma Obama, son los siguientes:

Militares

1- Ataque a Irán por parte de EEUU o Israel (un plan ya agendado y planificado por el Pentágono)
2 - Conflicto militar con Siria con participación de Irak (serviría de justificación para una reacción de Irán y un ataque de EEUU a Teherán)
3- Desenlace militar judeo-norteamericano en Líbano y Gaza (la “solución militar” pedida por Israel antes del retiro de Bush)
4 - Escalada militar con Rusia y Venezuela en el Caribe (la prolongación del conflicto del Cáucaso y de Europa del Este).
5 - 11-S terrorista en EEUU y/o Europa (Consolidación y aggiornamiento de la “guerra contraterrorista” liderada por EEUU).
6 - Golpe de Estado en Pakistán, y extensión del conflicto de Afganistán (“Afganización” y ocupación militar de Pakistán).
7 - Escalada militar en el Cáucaso o en Europa del Este (Utilización de Ucrania y de Polonia como arietes de un nuevo conflicto militar con Rusia)
8 - Invasión y ocupación de Turquía en el Kurdistán iraquí (Produciría una reacción encadenada desde Irak a todo el Medio Oriente).
9 - Conflicto nuclear Corea del Norte (Pyongyang ya pateó el tablero del acuerdo con EEUU y reanudó la actividad de su programa nuclear con la activación de su principal reactor)

Económicos-sociales

10- Recesión con estallido social en EEUU (Las bases están sentadas con los despidos en masa que ya están realizando los bancos y empresas).
11 Recesión con estallido social en la Unión Europea (no a causa del precio de la energía y los alimentos como ya sucedió este año, sino a causa de los despidos de trabajadores que ya se verifican en bancos y empresas).
12- Colapso recesivo en China y los tigres asiáticos (Paralizaría en más de un 60% el comercio de exportación e importación y haría estallar, en primer término, las economías de EEUU y la Unión Europea).

Resumiendo:

Con el resultado de la elección en EEUU, este martes, Bush se “retiró de escena” y todo el protagonismo y el centro de la atención mundial de ahora en más recaerá sobre el presidente electo Barack Obama.
Bush seguirá presidiendo EEUU, pero lo que pase será cargado al futuro archivo presidencial de Obama.
Serán 77 días, casi un cuarto de año, donde cualquiera de los conflictos latentes enumerados pueden estallar y generar una reacción en cadena antes y durante la asunción de Obama.
Se trata de un “campo minado”, donde la potestad de hacer estallar o neutralizar los explosivos se encuentra en manos del actual presidente de EEUU, o sea de Bush, con Obama como “estrella” y máximo heredero del desastre.
Obama ya es la nueva cara visible de la Casa Blanca, pero el que todavía tiene el poder es Bush.
Para destruir a Obama antes de que asuma, la administración de los halcones sionistas neocons solo tiene que elegir la hora y accionar el botón del “campo minado”.
Como se señala en una multitud de informes de especialistas, Cheney y Bush tienen compromisos firmes con los halcones militaristas de Tel Aviv que buscan terminar con el plan nuclear de Irán antes de que desarrolle la bomba.
Si bien Obama es un hijo dilecto del lobby sionista (liberal) de Wall Street, Israel y el lobby sionista neocons que hoy controla la Casa Blanca temen que su postura “negociadora” distraiga la operación militar contra Irán fortaleciendo la resistencia islámica en todo el Medio Oriente.

En la última cumbre EEUU-Israel en Washington, según The New York Times y los principales diarios norteamericanos, ya se acordaron acciones militares en Medio Oriente para destruir la capacidad de Irán para fabricar la bomba nuclear, antes de que termine el mandato de Bush.
Bush y los halcones tienen 77 días para construirle a Obama un “campo minado” que estalle antes de que asuma y lo conviertan en un presidente debilitado y sin autoridad (un virtual derrocamiento antes de asumir).

Hay un tablero con doce frentes de conflictos estratégicos cuyo botón de activación está en manos de Bush y de los halcones de la Casa Blanca.

En esa agenda y ese escenario, el triunfo electoral de Obama es apenas una anécdota.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica

domingo, 4 de enero de 2009

EXTENSA ENTREVISTA A RAÚL CASTRO PRESIDENTE DE CUBA

Nuestra política está definida: el día que Obama quiera discutir, discutimos, en igualdad de condiciones

Talía González Pérez Juventud Rebelde - Rebelión

Periodista: Durante los primeros días del triunfo de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresaba al pueblo que aunque la Revolución había triunfado nadie debía imaginar que en lo adelante todo sería más fácil, sino que en lo adelante tal vez todo sería más difícil. ¿Cuán difícil han sido estos 50 años para construir una Revolución socialista frente a las agresiones imperialistas y el complejo panorama internacional?

Raúl Castro.- La frase del Comandante en Jefe, que fue pronunciada el 8 de enero de 1959, al llegar a la capital, en el antiguo campamento de Columbia, el principal cuartel de la dictadura, la recuerdo con toda nitidez, porque me causó una gran impresión de cómo él veía el futuro, y más ahora a los 50 años, por la certeza conque lo previó.
Aquella idea advertía: “La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil”.
Y así ha sido, desde sus inicios. Con las primeras medidas que se tomaron en defensa de la Revolución, la captura y juicio de los peores asesinos y torturadores de la tiranía, empezó una confrontación con los medios en manos de las fuerzas dominantes del continente y del planeta, o parte del planeta en ese momento.
Recuerdo la campaña gigantesca que se montó en los primeros meses del triunfo de la Revolución. No pasó mucho tiempo, la Revolución ya estaba en marcha.
El 17 de mayo, habían transcurrido cuatro meses y medio del triunfo de la Revolución y se produce la aprobación, en la Comandancia de la Plata, por el propio Fidel, en la Sierra Maestra, donde fue el Consejo de Ministros, de la primera Reforma Agraria.
Esa Ley afectó muchos intereses norteamericanos, ya que eran los dueños de las mejores tierras, de las que se habían apropiado fundamentalmente con las ventajas que les daba la ocupación del país, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, donde se dio el caso que simbólicamente pagaron hectáreas de magnífica tierra a 10 centavos de dólar y, como es natural, fue la primera seria afectación que sufrieron sus intereses al recuperar Cuba esa riqueza fundamental que es la tierra.
Considero que esa medida significó algo parecido al Rubicón de la Revolución Cubana.
El Rubicón era un río que marcaba la frontera entre Italia y la provincia romana de la Galia Cisalpina. Cuando Julio César decidió cruzarlo, después que el Senado romano le prohibiera entrar en Italia con su ejército, se hizo famosa la frase: “Cruzó el Rubicón”; o sea, que tomó una decisión irreversible.
Y fue el Rubicón al afectarse esos intereses norteamericanos y desatarse, con toda virulencia, la lucha de clases y la agresividad del imperialismo contra Cuba.
Puede decirse que fue el primer paso importante, después vinieron otros.

Las constantes agresiones, el golpe que nos daban al negarse a refinar el petróleo que compramos en la Unión Soviética más barato, la advertencia de que tenían que refinarlo, que era una obligación de ellos, su insistencia en negarse, la decisión de nacionalizar sus refinerías, y así, sucesivamente, iniciaron un proceso de golpes y contragolpes.
Un paso muy importante, fue en aquel verano de 1960, consecuencia de esa lucha en la cual no nos podíamos detener o era derrotada la Revolución, la nacionalización de todas aquellas grandes empresas norteamericanas.
Aprovechamos un congreso de jóvenes latinoamericanos que se celebraba en La Habana, y en el antiguo estadio del Cerro, donde hoy está el Latinoamericano, se improvisó una actividad. Recuerdo que pusimos una pequeña tribuna, en la que apenas cabían algunas decenas de compañeros, por allá por el center field, y entre jóvenes latinoamericanos y cubanos y una gran población de trabajadores y pueblo en general, Fidel proclamó la nacionalización de todas esas empresas.
No se puede decir que el tránsito de un sistema social a otro se produzca en un día, es imposible; es un proceso de muchos pasos, que concluye con el predominio de los bienes de producción en manos mayoritarias de la población.
En el caso de Cuba si hay un día que se puede proclamar como tal es precisamente ese, por el peso que tuvo en la economía el conjunto de todas esas propiedades que pasaron, de propiedad particular norteamericana, a propiedad de todo el pueblo, a través del Estado cubano recién surgido.
Durante ese tiempo, en 1960, se empiezan a desatar las bandas contrarrevolucionarias que se hicieron fuertes en las montañas del Escambray; aunque lo intentaron en las diferentes provincias, sobre todo las que tenían sistemas montañosos.
Hay que tener en cuenta que el gobierno del presidente estadounidense, Dwight Eisenhower (1953-1961), ya en su etapa final, había producido la invasión de Guatemala en 1954 —siete años antes—; la Guatemala progresista de Jacobo Arbenz, coronel, persona honesta, que llegó a la presidencia por la vía de las elecciones y ante la miseria de la gran masa de indios y de campesinos guatemaltecos hizo una pequeña reforma agraria —digo pequeña, si la comparamos con el alcance y profundidad que tuvo la nuestra—, eso fue suficiente para que condenaran a muerte, su proceso revolucionario.
Eisenhower, John Foster Dulles, su secretario de Estado, y el hermano de este último, Allan Dulles, quien era jefe de la CIA, tomaron tal decisión.
Fue una invasión más pequeña que la de Girón, fue por tierra, no hubo resistencia, vaciló el presidente Arbenz, no armó al pueblo que estaba decidido a luchar, según las manifestaciones que se observaban.
Nosotros pudimos seguir esa situación por la prensa que nos llegaba al presidio de Isla de Pinos, donde desde hacía un año estábamos presos por el ataque al cuartel Moncada.
En los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, ese era el trío que decidía todavía la política en Estados Unidos, (Eisenhower, los hermanos Foster y Allan Dulles), aunque ya contando o por lo menos compartiendo la información con la futura administración que ya había sido electa, encabezada por John F. Kennedy (1961-1963).
Es por ello que durante el año 1960 planifican dicha operación, la aceleran, porque ya sabían que estábamos preparando pilotos para aviones Migs en los países socialistas y querían acelerarla, y se percataron de que estábamos adquiriendo armamentos para fortalecer la defensa de la Revolución.
No obstante, concluye el mandato de Eisenhower, del Partido Republicano, y a partir del 20 de enero de 1961 asume la presidencia de Estados Unidos, el demócrata John F. Kennedy.
Hay que decir, antes de continuar esta fase, que Foster Dulles —el secretario de Estado de Eisenhower— era abogado de la United Fruit Company, que fue la que estimuló y apoyó, fundamentalmente, la intervención en Guatemala; eran los dueños de las grandes plantaciones bananeras y de otras propiedades en ese país, al igual que en otras repúblicas centroamericanas. United Fruit Company era la misma que en Cuba tenía otro nombre: United Sugar Company, allá banano, aquí azúcar.
Les dio resultado la aventura del año 1954 contra Guatemala e intentaron hacer igual, con un poco más de fuerzas, más aviones, barcos, porque somos una isla y tenían que ser transportadas en barco las fuerzas invasoras; pero fueron los mismos y por los mismos intereses que organizaron la agresión de Playa Girón, mucho antes de que aquí ni se hablara de socialismo.
El 2 de enero de 1961, utilizando de pretexto el discurso de Fidel el primero de enero en la Plaza de la Revolución, deciden romper las relaciones diplomáticas con Cuba.
Era un pretexto, ya Playa Girón estaba planificada. La agresión a nuestro país estaba decidida antes de proclamarse el carácter socialista de la Revolución Cubana que, como sabes, fue el 16 de abril de 1961, lo que demuestra que venían creando las condiciones para ya no tener relaciones diplomáticas y agredirnos.
Kennedy, a los dos meses y medio de asumir la presidencia, lanza la invasión de Playa Girón, empezando con los bombardeos del 15 de abril.
Ese es un ejemplo de por qué yo digo —uno de los tantos— que en Estados Unidos hay un solo partido. En esa ocasión la invasión la planificaron los republicanos y la ejecutaron los demócratas. Eso es como si en Cuba existieran dos partidos: uno lo dirige Fidel y el otro Raúl, con pequeños matices de diferencia, pero es lo mismo.
Hay que decir que en esta operación de Playa Girón hubo un joven y prometedor oficial de la CIA, que se ocupó del reclutamiento de la mayoría de los mercenarios que fueron alistados en la Florida fundamentalmente y trasladados después a Centroamérica para su entrenamiento y siguiente partida hacia Cuba.
Ese joven oficial, quien posteriormente fue jefe de la CIA y más adelante presidente de Estados Unidos, se llama George H. Bush (1989-1993), en este caso el padre del actual mandatario George W. Bush (2001-2009) —para que vean que todo es el mismo poder, una misma élite que se alterna en el poder, según las circunstancias.
Cuando Playa Girón estábamos alfabetizando el país. Ya a las bandas contrarrevolucionarias se les había dado un golpe poderoso con la movilización de decenas de miles de obreros, fundamentalmente, de la capital, para lo que se llamó la Limpia del Escambray, y ellos estuvieron pensando desembarcar por Trinidad, y, si fracasaban, se encontraban a un paso prácticamente del macizo mal llamado del Escambray, su verdadero nombre es Guamuhaya.
Como se les dieron esos golpes en el año 1960, estudiaron entonces la variante de Playa Girón, que no es mala, es el humedal más grande del Caribe —del Caribe insular me refiero—, difíciles sus accesos, una carretera que atraviesa la ciénaga, la principal vía de comunicación, donde en un lugar llamado Pálpite, en medio de la misma, donde hay un poco más de tierra firme, lanzaron sus paracaidistas y la ofensiva tuvimos que hacerla en fila india los tanques, la artillería, los soldados, las tropas no se podían desplegar, y esa es una de las causas de que tuviéramos más bajas que los agresores.
Es conocida la advertencia de Fidel y la orden de liquidar la invasión en 72 horas. Había que liquidarla en 72 horas, porque se previó, con mucha lucidez por parte de Fidel, que si no lo hacíamos así, una vez que consolidaran su cabeza de playa, hubieran trasladado hacia allí al gobierno títere, que ya tenían formado, encabezado por Miró Cardona, en una base militar norteamericana en la Florida.
Consolidada la cabeza de playa, el gobierno títere ya en tierra firme, reconocido por Estados Unidos, reconocido por la OEA a la que le pedirían ayuda inmediatamente y los barcos norteamericanos ya a la vista, era fácil, era lógico el desembarco de esas tropas para apoyo de los mercenarios. Por eso esta invasión se produce en 1961.
Y dando un salto operativo, como decimos los militares, cuando en enero de 1962, bajo el dictado del gobierno de los Estados Unidos, nos expulsaron de la OEA y todos los países
latinoamericanos, con la honrosa excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas con Cuba.
El país que ha sido agredido unos meses antes cuando Playa Girón, ahora es expulsado de la OEA, bajo las indicaciones de Estados Unidos ante su ministerio de colonias, como le llama el canciller Roa.
¿Por qué era eso? Porque una vez derrotados en Girón, los Kennedy, la administración norteamericana y el sistema no resistían esa afrenta, esa humillación, esa derrota por un país pequeñito frente a su poderío, y ya esa expulsión de la OEA era creando las condiciones.
Como antes los yankis hicieron, que rompieron relaciones en enero para tener las manos libres y atacarnos en abril en Girón, la OEA nos expulsa en enero por ser incompatible nuestro sistema con su “sistema democrático”.
El objetivo era la invasión directa, probablemente, el mismo año 1962, que solo se pudo impedir por la presencia de los cohetes nucleares soviéticos en Cuba; de lo contrario, hubiéramos sido invadidos.
Había quien tenía dudas si eso iba a ser cierto o no, las dudas se esfumaron años después; con la desclasificación de documentos secretos, era evidente que ya estaban preparando la agresión.
Señalo solo los aspectos más visibles, más sonados, más importantes de aquellos años.
Fueron cinco o seis años muy duros.
El bloqueo ya estaba andando; pero existía la Unión Soviética bajo la dirección del Partido Comunista soviético y de Jruschov, que tuvieron una actitud muy positiva y desempeñaron un papel muy importante para el hecho de que pudiera subsistir y resistir la Revolución. Fuimos dotados con una buena cantidad de armamentos de todo tipo, hasta lograr la fortaleza con la que hoy contamos desde el punto de vista militar.
Es decir que viene Girón, viene el acuerdo entre dos presidentes, uno asesinado y el otro destituido, acuerdo verbal de la retirada de los cohetes con el compromiso de no agredir a Cuba; pero entonces surge la Operación Mangosta, dirigido por el hermano del Presidente, o controlado, supervisado, por Robert Kennedy, procurador del gobierno norteamericano, que también tuvo participación en los contactos que hizo con la mafia norteamericana para los conocidos y ya investigados planes de atentados a Fidel, de los tantos que planificaron.
Fueron cinco años de constante lucha interna; miles los muertos y heridos, víctimas del terrorismo de Estado, orientado, organizado y dirigido por Estados Unidos.
Crearon entonces en Miami un centro de la CIA, el más grande que existía después de sus oficinas centrales que están en Langley.
Cientos de oficiales de la CIA dirigiendo las actividades contra Cuba, primero de Girón y después de la Operación Mangosta; solo fue superado ese centro por el que años después establecieron en Saigón, la ciudad hoy llamada Ho Chi Minh, en el sur de Viet Nam, cuando la agresión a ese país, un centro muy grande de la CIA; solo ese superó el que hicieron en Miami para luchar contra nosotros.
Llegó a haber, como se sabe, 179 bandas contrarrevolucionarias armadas en todo el país de diferentes tamaños, a veces se unían, daban un golpe, se volvían a fragmentar; en dos ocasiones estuvieron en las seis provincias del país, antes de la actual división político-administrativa, incluso en el sur de La Habana, que era una sola provincia.
Fueron seis años, creo que hasta por allá por el año 1965 o enero de 1966, que aniquilamos la última banda de aquella etapa; después surgieron algunas, en diferentes períodos, que eran eliminadas rápidamente.
Se fue fortaleciendo la Revolución, existían las milicias campesinas, compañías serranas.
Como te decía, fue en el Escambray donde único alcanzaron fuerza. Oriente era un lugar muy peligroso, era la provincia más grande, hoy son cinco provincias, la zona más montañosa, donde existía una base norteamericana; y allá por los años sesenta Fidel me dijo, cuando empezó a complicarse la situación: “Mira, vete para Oriente y yo me hago cargo del Ministerio de las Fuerzas Armadas con el Jefe del Estado Mayor” —que era Sergio del Valle, ya fallecido—, “vete para allá, ve organizando el Ejército Oriental, que si salvamos Oriente, salvamos a la Revolución”, es la confianza que él tenía por la fuerza de Oriente, la importancia de Oriente, y en los propios orientales, esa confianza que siempre hemos tenido, su tradición de lucha.
Y así fue, yo estuve año y medio allí, fundé el Ejército Oriental, periódicamente venía a La Habana, participaba en las reuniones más importantes, y posteriormente Fidel, igual que mandaba al Che para Pinar del Río, a Almeida para el Centro, a mí me mandaba para Oriente cada vez que había una crisis de este calibre, de esta magnitud: Crisis de Octubre, Girón; pero en esta ocasión que te dije estuve más o menos año y medio allí.
Eso, junto con el bloqueo, los sabotajes permanentes, yo he narrado que a veces llegaba al Ministerio de las Fuerzas Armadas y venían cuatro o cinco ayudantes, que eran enlaces con los diferentes territorios, ejércitos y regiones del país, y para andar más rápido no me hacían informes, venían con un listado de lo que había acontecido en las últimas 24 horas, o por lo menos las últimas 12 horas de la noche anterior: decenas de casas de curar tabaco incendiadas en Pinar del Río, tantas decenas de cañaverales ardiendo en todo el país, según la época del año; tantos combates librados, tantas bombas en ciudades y otros lugares, tantos sabotajes a tendidos eléctricos.
A veces yo les decía: “Díganme lo más importante”, y eso fue, con mayor o menor intensidad, durante cinco o seis años.
Es un botón de muestra de una época de mucha actividad, de mucha agresividad del enemigo, pero con mayor o menor intensidad, esa ha sido la lucha durante estos 50 años. El daño ha sido grande, pero también las ventajas han sido grandes.

Periodista: ¿A partir de ese recorrido histórico, cómo definiría la participación del pueblo para enfrentar todas estas agresiones durante este medio siglo?

Raúl Castro: Te diría que estos 50 años fueron de resistencia, los años de la subsistencia, los años de la firmeza del pueblo, los que nos mantuvimos firmes, que es la inmensa mayoría del país.
Después vino el gran golpe de la disolución del campo socialista, muy especialmente de la Unión Soviética, con el que teníamos el 85% del intercambio comercial, donde el Producto Interno Bruto, que es el valor de toda la producción de un país, cayó un 33%; el transporte colapsa, empieza a colapsar todo —menos mal que teníamos en los almacenes bastantes piezas de repuesto— y se empezó un nuevo período al que Fidel, 10 años después de haber comenzado este período especial —es un término que usábamos los militares en la planificación para en caso de guerra; la economía pasaba a un período especial, por eso se usó ese término—, calificó como la época más gloriosa de estos 50 años de Revolución. ¿Por qué? Por la resistencia del país.

No podemos olvidar actos terroristas y crímenes como el del avión de Barbados; no podemos olvidar asesinatos de nuestros adolescentes alfabetizadores en las montañas por aquellas bandas que actuaban en los primeros años.
Así sucesivamente, no podemos olvidar las cifras de esas víctimas mortales, que en estos 50 años suman 3 478 y los condenados de por vida a incapacidades que alcanzan el número de 2 099.

No podemos olvidar los 101 niños muertos cuando el dengue hemorrágico. Según organizaciones internacionales de salud resulta imposible por causas naturales lo ocurrido en Cuba, donde en pocas horas hubo que ingresar a 344 203 personas afectadas, dándose el caso verdaderamente récord de 11 400 nuevos enfermos reportados en un solo día, el 6 de julio de 1981.

Son cuestiones que pasan así, como una película rápida por la mente, sobre todo, en esta fecha de hoy, en que hace 50 años que se rinde a Fidel el ejército de Batista, las guarniciones que estaban en Santiago, los momentos que estábamos viviendo hace 50 años; el Primero de Enero, donde pudimos presenciar cómo se desmoronó ese ejército, fundado por los norteamericanos cuando disolvieron el ejército mambí a fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, esa Guardia Rural que nos dejaron como herencia, ese ejército instruido por ellos, que fueron vencidos por el Ejército Rebelde.

¿Qué era el Ejército Rebelde? Ni más ni menos que el ejército mambí; retomó las armas del ejército mambí, que fue desarmado por el imperialismo, por el naciente imperialismo, que empezaba a tomar fuerzas, y que Lenin calificó esa guerra hispano-cubana-norteamericana como la primera guerra imperialista.
Ya el mundo había sido dividido por las grandes potencias, en una reunión en Berlín, en el último cuarto del siglo XIX, y para obtener nuevas tierras había que quitárselas a otras potencias coloniales.
Ese fue el pretexto que aprovecharon para quedarse con Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y a Cuba, por ser la que más luchó, por espacio de cerca de 30 años, con sus altas y sus bajas, le permitieron un himno, una bandera, un escudo y una Constitución con una enmienda llamada Platt, por el nombre del senador que la propuso.
Tal enmienda les daba el derecho a intervenir en Cuba cuando lo estimaran pertinente e hicieron uso de eso en más de una ocasión.
La Enmienda Platt rigió hasta después de la caída de la dictadura de Machado, por la década del 30, pero siguió lo mismo.
Realmente, por esas cosas de la historia, el primer soldado americano entra en La Habana el primero de enero de 1899.
Esta guerra se libró en Oriente y por eso ellos entran en La Habana una vez que se habían rendido las tropas españolas, el primero de enero de 1899; y por esas ironías de la historia las primeras columnas guerrilleras de la Revolución enviadas por Fidel, la del Che y Camilo, entraron a La Habana también el Primero de Enero, un primero de enero, pero de 1959.
Quiere decir que el dominio absoluto norteamericano en este país duró exactamente 60 años. Cierto es que algún capital norteamericano ya había entrado con anterioridad a Cuba; pero el dominio absoluto del imperialismo norteamericano en Cuba duró 60 años, de un primero de enero a otro primero de enero.
Y esos 60 años tuvieron sus altas y sus bajas, dejaron un gran complejo en el país, una gran confusión, un gran dolor, hasta que empiezan a resurgir de las cenizas de aquellos acontecimientos los movimientos populares, surge el primer partido comunista en el año 1925, fundado por Mella y por Baliño, un joven brillante y un veterano amigo de Martí, luchador por la independencia.
El imperialismo que manejaba el país instaura la dictadura machadista, hace fracasar la revolución que la derroca; surge Batista, un sargento del Estado Mayor que conocía todas las interioridades de dicha institución, con un grupo de sargentos dio un golpe, a los pocos días es coronel: es el nuevo instrumento del imperialismo como poder detrás del trono desde 1933 hasta las elecciones de 1940, y es presidente hasta 1944, se retira al extranjero, surgen los llamados gobiernos auténticos y corruptos de Grau San Martín y Prío Socarrás hasta 1952, y es el 10 de marzo de ese año que resurge nuevamente Batista, prohijado, como siempre, por el gobierno norteamericano. Esta vez la dictadura duraría siete años.

En esa época América Latina estaba plagada de dictadorzuelos al estilo de Batista, que era el método que utilizaban los Estados Unidos, fundamentalmente, para tener el dominio absoluto del continente, también en el Caribe, en el Caribe anglófono todavía eran colonias inglesas; pero en República Dominicana y Haití, la llamada La Española, la segunda en tamaño de las Antillas Mayores, había dictaduras ni más ni menos que la de Trujillo y la de Duvalier.
Esa era la situación del continente.
Ahí empezó la lucha del Moncada, conocida perfectamente por nuestro pueblo; una dictadura que duró unos siete años, desde el 10 de marzo de 1952 hasta el primero de enero de 1959: cinco años, cinco meses y cinco días transcurridos desde el ataque al Moncada hasta el triunfo, una coincidencia de tres cinco.

Periodista: Constituye un hecho inédito en la historia de la humanidad que los principales líderes de un proceso revolucionario puedan ver después de 50 años del triunfo los frutos de las ideas por las que se luchó y continúen trabajando para seguir consolidándolas. ¿En el plano personal qué sentimientos experimenta usted hoy?

Raúl Castro: Cuántas cosas, sentimientos, sensaciones, vivencias han pasado en estos 55 años desde el Moncada. Nos ha tocado vivir esta época, la más gloriosa en la historia de esta nación, la de la gran tensión, y hoy somos respetados.
El pueblo de Cuba se siente orgulloso de sí mismo, se siente seguro de sí mismo, está orgulloso de su Revolución, con un sentido de pertenencia de su Revolución.

Periodista: Usted ha hablado en reiteradas ocasiones del tema del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba, que casi cumple medio siglo y que ha costado al gobierno cubano y a su pueblo años de lucha y de resistencia; también del complejo panorama internacional de guerra, de desunión, de desastres naturales. Cuba hoy, a 50 años de Revolución, ¿qué estrategias implementa hacia lo interno, para seguir defendiendo la Revolución socialista que construimos?

Raúl Castro: Ante todo, basarnos en nuestros propios esfuerzos —ya eso lo ha expresado Fidel hace rato—, y sobre todo después que nos quedamos solos, después de la disolución del campo socialista; la necesidad de basarnos en nuestro propio trabajo.
Ya lo dijo Fidel en la magnífica definición del concepto Revolución aquel primero de mayo del 2000, en la Plaza de la Revolución, en La Habana.
Cuestión vital es desarrollar las producciones internas, incrementar las exportaciones, producir todos los alimentos que se puedan producir en este país, ahorrar.
Nadie, ni una persona ni un Estado, puede gastar más de lo que produce, sería dejarles a nuestros hijos y nietos una gigantesca deuda; no es ético, no hay derecho.
Hemos resuelto muchos problemas, pero el propio desarrollo trae aparejado otros nuevos.
La tasa de natalidad es baja. Al cierre de este año se ha incrementado algo, la cifra sobrepasa en 10 mil nacimientos los del año pasado, es poco todavía.

La esperanza de vida se ha elevado. Tenemos miles, decenas de miles, cientos de miles de personas en la tercera edad. Igual que es necesario hacer círculos infantiles para los niños —que como ya sabes, no alcanzan, muchos se cerraron, otros se vieron afectados—, ya a cierta edad hay que hacer casas para los abuelos, que se pasen el día en dichas casas y por la noche vayan a su propio hogar con el resto de la familia; pero hay casos en que ya eso no podrán hacerlo por su edad avanzada, tienen que estar con la familia y es difícil para la familia cuando ya se llega a cierta edad, habrá que hacer más asilos.

La esperanza de vida es una gran ventaja. Cuando atacamos el Moncada, andábamos en 59 años de esperanza de vida y hoy estamos en 77,97. La mortalidad infantil disminuye.
Hay muchas cosas positivas que traen aparejados nuevos problemas que tenemos que enfrentar.
No hemos tenido paz, no hemos tenido tranquilidad.
El enemigo dice que el socialismo ha sido un fracaso. ¿Por qué no nos dejan tranquilos para luchar en igualdad de condiciones? Pero no ha sido ningún fracaso, ni siquiera en estas condiciones. Ha sido un incesante batallar.
Hemos tenido que dedicar gigantescos gastos a la defensa, porque, como ya hemos dicho en otras ocasiones: para nosotros evitar la guerra equivale a ganarla; pero como hemos añadido: para ganarla, evitándola, hay que derramar ríos de sudor y no pocos recursos, miles de kilómetros de túneles; menos los barcos de guerra, todas las unidades están bajo tierra. Eso cuesta, eso da seguridad.
Por mucho que puedan bombardear un día, por mucho que puedan bloquearnos, el problema es que para resolver el problema de Cuba hay que desembarcar, y ahí es cuando estemos de igual a igual, soldado a soldado, la cosa es diferente.
Yo no quisiera ver ni en un laboratorio lo que sería una agresión a Cuba por parte de Estados Unidos, porque el precio que tendría que pagar nuestro pueblo sería muy caro, muy elevado. Aunque Martí lo dijo: la libertad cuesta muy caro y hay que resignarse a vivir sin ella o estar dispuesto a pagar el precio que sea necesario.
Y ya se sabe lo que hemos hecho nosotros: desde hace más de un siglo hemos estado dispuestos a pagar el precio que sea necesario, lo hemos pagado.
Pero tenemos que ahorrar, tenemos que eliminar gratuidades. Si queremos equilibrar los salarios en el justo papel que deben desempeñar, hay que, paulatinamente, o simultáneamente, ir eliminando gratuidades indebidas, que fueron surgiendo por aquí y por allá, y subsidios excesivos.
El Estado siempre tiene necesidad de ir subsidiando para ir equilibrando, ayudando a los de menos ingresos, por un motivo o por otro, siempre tiene que haber subsidios en una cosa u otra, pero no abusar de eso.
Nadie se acuerda de lo que recibe de subsidios y de gratuidades, solo se lleva la cuenta de lo que se recibe en el salario mensual, y esa cuenta está mal sacada.
Tenemos que aprender que dos y dos son cuatro, no cinco; a veces, tal vez en el socialismo, dos y dos da tres. Esas son cuestiones fundamentales.
Tenemos que saber que hemos estado viviendo y tenemos que continuar viviendo en una situación tensa y difícil; se nos viene encima, la tenemos ya, un mundo turbulento, con una crisis económica y financiera que se sabe cómo empezó, pero no se sabe ni cuándo ni cómo terminará, mucho peor y más grave que la de hace 80 años, en la década del veinte del siglo pasado; afectará a todos, y, como es natural, a los países más pobres, y dentro de los países ricos, a los ciudadanos más pobres.
Tal vez nosotros, en algunos aspectos, seamos menos afectados.
Tenemos un pueblo entrenado, más del 70% de la población nació en condiciones de bloqueo; si hay algún país que está entrenado para resistir situaciones de este tipo somos nosotros y está demostrado que vivimos.
Tenemos que darle el verdadero valor al trabajo, y podemos quedarnos roncos hablando y predicando ese concepto, que si no tomamos las medidas para que las personas sientan la necesidad vital de trabajar para satisfacer sus necesidades, no acabaremos de salir de este bache, y saldremos.
Quizás no podamos resolver muchos de los problemas con la rapidez que se requiere. Hay que trabajar, hay que ponerse para ese concepto que es trabajar, crear y ahorrar. Esa es la situación, creo que se entenderá. Son verdades, por duras que sean, nosotros no podemos edulcorarlas, tenemos que decirlas.

Tenemos para el 2009 grandes tareas: continuar el reparto en usufructo de las tierras; se ha avanzado, ya salimos de las primeras trabas iniciales que nos encontramos por hábitos atávicos de burocracia.
Vamos saliendo por lo menos, en parte, de los daños ocasionados en la producción agrícola, por los tres terribles huracanes que nos azotaron.
Esos huracanes nos costaron un poquito más de 9 700 millones de dólares —y nunca se suele sacar la cuenta exacta, porque es muy difícil, de los daños que nos ocasionaron—, lo que equivale a alrededor del 20% del Producto Interno Bruto del país.
Se sacaron las reservas que teníamos para alimentar a la población, no hay quejas de ese aspecto.
No podremos en muy poco tiempo resolver las deudas de viviendas que tenemos de viejos huracanes del año 2002, 2005, más las nuevas viviendas destruidas; hasta que en todo el país no tengamos casitas que puedan resistir, con sus placas, y que puedan resistir los huracanes cada vez más frecuentes y violentos, tendremos esta situación.
Hemos decidido que en muchos lugares de las costas, sobre todo, en la costa sur, donde son continuos y repetitivos los huracanes o penetraciones del mar que destruyen viviendas, construirlas más atrás.
La población quiere que se le haga en el mismo lugar donde las tenía, viene otro fenómeno de este tipo y volvemos a la misma situación.
En Cuba, cualquier cosa sirve como casa por el clima, pero no para resistir los huracanes. Ya vamos experimentando que son más frecuentes y más violentos por las conocidas razones de la alteración del clima, fundamentalmente, por la irracionalidad humana, problema aún no resuelto.

Estamos llenos de optimismo, siempre hemos sido optimistas hasta en los peores momentos, lo aprendimos de Fidel, desde cuando —hizo 50 años el pasado 18 de diciembre—, con sus dos fusiles unidos a los cinco que yo llevé, me hizo la famosa pregunta: “¿Cuántos fusiles traes?” “Cinco.” “Y dos que tengo yo, siete. ¡Ahora sí ganamos la guerra!”.
Siempre fue igual, sacaba fuerzas de donde parecía que no había posibilidades de ningún tipo, ni de sobrevivir ni de seguir avanzando. Eso es una historia constante.
Estos 50 años son años heroicos. Los que tuvimos el privilegio de vivirlos conscientemente y participar activamente en todos esos grandes acontecimientos, junto con nuestro pueblo, tenemos que sentirnos orgullosos de todo lo que hemos vivido, esa gloria que no podemos mancillar, que no podemos dejar caer, que tenemos que continuar, porque el imperialismo está ahí.

Periodista: A partir del reciente resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, varios analistas en la prensa internacional especulan que existen expectativas de cambio con la asunción a la Casa Blanca de Barack Obama. ¿Cuál es su apreciación?

Raúl Castro: Ahora hay un presidente que ha levantado esperanzas en muchas partes del mundo; pienso que esperanzas excesivas, porque aunque sea un hombre honesto, y creo que lo es, un hombre sincero, y creo que lo es, un hombre no puede cambiar los destinos de un país, y mucho menos —un hombre solo, me refiero— a Estados Unidos.
Podrá hacer mucho, podrá dar pasos positivos, podrá hacer avanzar ideas más justas, podrá frenar la tendencia, casi ininterrumpida desde el surgimiento de Estados Unidos, en que casi todos los presidentes han tenido su guerra, o sus guerras.
Dijo que va salir de Iraq, buena noticia. Dice que va a duplicar las fuerzas en Afganistán, mala noticia.
Las soluciones de los problemas del mundo no pueden ser a base de guerra.
Considero que con Afganistán no hay solución, salvo una: dejar quietos a los afganos.
Por allí solo entró y salió ileso Alejandro Magno, será porque se casó con una princesa afgana, pero, sobre todo, porque se fue rápido.
Ahí los ingleses sufrieron un descalabro en el siglo XIX; en el siglo XX los soviéticos sufrieron su descalabro, que vivimos todos nosotros, y en el siglo XXI los norteamericanos y los que con ellos se queden en Afganistán sufrirán también su descalabro. Son realidades, y eso es negativo.
Los gigantescos recursos que se dedican a las cuestiones militares, a las guerras, desde la guerra de Viet Nam... ¿Para qué la guerra de Viet Nam? ¿Para qué la agresión? ¿Para qué cerca de 60 000 muertos norteamericanos?
Ignoro la enorme cantidad —debe ser dos o tres veces mayor— de inválidos, heridos, mutilados. ¿Para qué 4 millones de vietnamitas muertos, de ambas partes? ¿Qué objetivos? ¿Qué lograron? ¿Para qué el bloqueo a Cuba 50 años, qué han logrado?
Nos han fortalecido más, nos sentimos más orgullosos, nuestra resistencia, somos más fuertes, estamos más confiados.
Ojalá me equivoque en mi apreciación. Ojalá el señor Obama tenga éxitos; en cuanto a nosotros tenga éxitos, pero en una política justa, y que ayude a resolver, por el poderío que tienen, los graves problemas del mundo.
Nuestra política está definida: el día que quiera discutir, discutimos, en igualdad de condiciones, como ya he dicho, sin la más mínima sombra a nuestra soberanía y de igual a igual.
Y como suele suceder o solía suceder que a cada rato venía alguien a pedir que hiciéramos un gesto, como también recibí una carta de un ex presidente que sugería que se aproximaban cambios ante las elecciones presidenciales en Estados Unidos y que era bueno que Cuba hiciera algunos gestos, con la misma amabilidad que me escribió le contesté: La época de los gestos unilaterales se acabaron; gesto por gesto.
Y estamos dispuestos a hacerlo cuando lo decidan ellos, sin intermediarios, directamente. Pero no estamos apurados, no estamos desesperados, y, por supuesto, ya lo dijimos y lo dijo Fidel también desde hace años: no discutimos con garrote y zanahoria, ya eso pasó, ya eso era otra etapa.
Esa es nuestra posición, seguiremos a la espera pacientemente. Cosa increíble que con el temperamento de los cubanos aprendamos a tener paciencia; la tenemos, y por lo menos en esto lo hemos demostrado.

Periodista: Durante estos cincuenta años los Estados Unidos han hecho lo imposible por aislar a Cuba del mundo. Recientemente nuestro país ha roto ese aislamiento de los mecanismos regionales de integración con el ingreso al Grupo de Río. ¿Qué representa ese hecho para Cuba?

Raúl Castro: Fue muy emocionante cuando en el estado de Bahía, Brasil, donde se celebraron tres de las cumbres que participé, en presencia de la casi totalidad de los jefes de Estado de América Latina y del Caribe, que por primera vez en la historia se reúnen sin la presencia de fuerzas extrarregionales —dígase Canadá, Estados Unidos o Europa—, cuando yo dije con bastante emoción que lo que lamentaba era que Fidel no estuviera sentado allí en ese momento, fue una ovación generalizada de todos.
Ese fue un gran reconocimiento y una gran alegría de nosotros que captó el pueblo, porque fue un reconocimiento a nuestra resistencia, como yo dije: “¡Estamos aquí porque resistimos, resistimos medio siglo!” y, por supuesto, hay que estar listos para resistir medio siglo más.
La vida es un permanente batallar, es un eterno luchar, hay quienes se cansan y después reniegan de lo que hicieron; por suerte pocos.
El pueblo se mantiene, y así mantendrá por siempre su Revolución.
Precisamente, un ejemplo de resistencia son nuestros Cinco Héroes que ya cumplieron diez años de injusta prisión en cárceles norteamericanas.

Periodista: Sobran las razones para un día como hoy celebrar el 50 aniversario del triunfo de la Revolución Cubana. ¿Cómo rendirá usted homenaje a esta conmemoración?

Raúl Castro: Pienso esta noche, a las 12:00 estar en el Mausoleo de los compañeros caídos en el Segundo Frente o que fueron enterrados allí posterior al triunfo.
Quiero depositarles flores a ellos, a Vilma también; escuchar con ellos los cañonazos del 50 aniversario de la gran alborada y el Himno Nacional.
Y mañana temprano, en nombre de Fidel, ponerles unas flores a Martí, a los caídos en el Moncada, a los caídos en la lucha clandestina, a Frank País y a los internacionalistas santiagueros en homenaje a los de todo el país.
Lo haré contento, emocionado y lleno de optimismo en el futuro.